jueves, 22 de septiembre de 2011

Cinco minutos

Cinco minutos son suficientes
para deshacer el mundo,
para volver a caer
en lugares en los que algunas madrugadas
compartimos mucho más que abrazos,
en rincones en los que he amontonado
minutos pasados, sentimientos olvidados,
antiguas borracheras y sueños acabados.

Cinco minutos fueron suficientes
para decidir  mi destino,
para empezar a subir
a alturas desproporcionadas,
evitando la estática que imponían tus horas,
desapareciendo de tus noches monomaníacas
en busca de reconocimientos vanos.

Cinco minutos serían suficientes
para explicarte la dirección que he tomado,
el cambio de rumbo de los barcos,
los diferentes modos de ver la vida
sin cumplir los deseos de tu mente,
superando la ineptitud de tus manos.

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