martes, 17 de mayo de 2011

Los espectros que me rodean

Rompiendo cadenas,
hoy me he despertado así,
cansada
de un presente opresivo,
de medir maneras por no herir.
Hoy he aprendido
a distinguir
lo accesorio de lo esencial,
qué almas son gemelas y
cuáles son los espectros que me rodean
solo por interés, por convenio,
con contratos que yo nunca he firmado
y que estaría dispuesta a romper.
Como cadenas, que fueron impuestas,
que angustian mi día a día,
intentando llevar la carga
que desde hoy
ha empezado a librarse de mí.
Aparcando falsas sonrisas,
he llegado a comprender que
en este mundo
las amistades impuestas
son la mejor farsa de la sociedad,
de un grupo convencional
que no tiene ningún otro lugar
al que agarrarse para intentar
sobrevivir,
en un mar de hipocresías,
de envidia, de personas sobreactuadas,
un mar en el que hoy he descubierto
quién lleva el mejor disfraz. 

domingo, 1 de mayo de 2011

No sé si sabes...

No sé si sabes que no he venido para nada,
que no pretendo ser algo pasajero,
esta vez no quiero ser una mercancía de cambio,
pero a veces eres tan difícil,
que hay días en los que
no comprendo tus actos,
ni tus modos de vivir.
Tu excesiva impulsividad,
que choca continuamente
con mi monstruosa reflexividad.
Y eso que yo era la poeta…

Dime qué es lo que he hecho,
dime por qué el día desaparece
sin saber nada de ti,
sin volver a los lugares
donde nos encontramos
aquella primera vez
en la que los nervios
nos hicieron algo más adultos.

¿Recuerdas aquel momento?

¿Recuerdas aquel momento?
Nada, no recuerdo nada.
Te vas, con ruido, te vas.
A veces salgo a la terraza,
es el único lugar donde puedo volver a ver el pasado,
volver a reconocerte, a enseñarte a atar los zapatos,
a comprarte aquel muñeco que tanto te gustaba.
Huyendo de mi cabeza emborrachada,
compartir mi ausencia con las palomas,
que vienen siempre a visitarme,
llenándome el silencio de mis labios,
el papel en blanco de mi mente.
Solo viendo a las plantas os recuerdo,
en aquellos veranos de infancia,
en aquel tiempo en que los años
no habían pasado factura a mis recuerdos.
Y ahora que vivo sola,
me dan miedo las noches,
sin mi compañero,
sin los poemas de sus tardes,
ahora que mi siglo termina,
que todos los amigos han muerto,
deseo volver con fuerza,
pero el reloj se ha parado
en la hora en la que
desaparecen todas las fotografías,
todas las mañanas de verano.
Vuelve, vuelve y enséñame el pasado.