Esa sensación de romper con todo,
de empezar de cero.
Ese aire de novedad que llega desde el
norte
anunciando un invierno lleno de
promesas,
de sueños e innovaciones,
de nuevos te quiero sin manchas de
sexo.
Un invierno más frío y a la vez más
luminoso y transparente
que el otoño cabrón al que estaba
enganchada
en aquella estación de nostalgia.
Un invierno de nieve libre,
la mejor preparación para la
primavera.
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