viernes, 29 de junio de 2012

La mujer que volvió a ver el mar


Una juventud agitada, años ochenta,
Alaska y Nacha Pop ponían ritmo a sus aventuras.
Alcohol, besos, humo, luces,
sexo inseguro a la luz de las estrellas.
Acetaldehído, mar, alquitrán, sombras.
Huidas inesperadas a plena luz del día.

-La vida a veces es una puta mal vestida-
y clava su mirada en mi hombro derecho.
-Él no merecía morir tan joven-
y yo fijo mi mirada en la carretera.

Silencio.

Intermitente a la izquierda.

Silencio.

Nadie merece morir tan joven.

Aquella tarde,
después de muchos años,
después de un funeral,
la llevé de nuevo a ver el mar
y juntas rompimos su cadena perpetua.



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